Por Jean Vidal
Los humanos jamás serán
capaces de vivir en armonía. La paz no es más que una idea ingenua sacada de la
mente de un niño. Un niño al que se le dan falsas esperanzas para que se aferre
a este mundo podrido. La esperanza no es más que una sentencia al sufrimiento
eterno. Al nacer nadie nos muestra las desdichas que sufriremos ni los
brevísimos momentos de felicidad que viviremos. En la vida perdemos más de lo
que ganamos y, para empeorar la situación, muchas de las cosas que nos ocurren
no dependen de nosotros. Somos actores pasivos en este mundo. Son nuestros
predecesores quienes nos han dejado un mundo en extinción y ruinas; y parece
ser que tenemos que luchar constantemente para solucionar sus errores. Sin
embargo, nos han trazado un camino inevitable hacia la extinción, un camino que
solo debemos aceptar.
Estos y otros pensamientos
aparecían en la mente de Charles mientras esperaba a Harris, uno de sus grandes
amigos de la infancia. Charles se encontraba en una plaza pública, una de las
pocas que aún seguían en pie.
Había llegado alrededor de
las 6 p.m. con café y un periódico del día en la mano.
Casi había terminado su café
para cuando Harris Llegó.
-Llegas tarde –dijo Charles.
-Lo siento, tuve que quedarme
en la oficina hasta tarde –respondió Harris, mientras observaba parte de la
portada del periódico que tenía Charles consigo.
Podía leer: “ATAQUE AL…” Pero
una de las manos de su amigo cubría la última palabra.
Harris era un hombre de 25
años, de aproximadamente 1.80mts. de estatura, de contextura delgada, nariz
larga, labios pequeños, ojos pardos y siempre llevaba una barba que le daba una
pinta de vagabundo. Él provenía de una familia poderosa; su padre era dueño del
canal de televisión más importante de los Estados Unidos, además de diversas
estaciones radiales y medios escritos. Ambos no se dirigían una sola palabra
desde hacía un par de años. Harris estaba enojado con su padre porque este
utilizaba su poder en los medios para provocar rivalidades entre países. Para
ello, difundía información falsa sobre ataques de países vecinos hacia los
Estados Unidos. Harris no sabía que, en realidad, su padre era presionado por
el gobierno para propagar la información de los ataques falsos. La milicia se
encargaba de proveerle material fotográfico y una serie de documentación para
que la publicación pareciera veraz.
-Disculpa que te lo pregunte,
pero ¿por qué sigues trabajando en ese antro? Tu padre podría conseguirte un
buen trabajo en un santiamén –dijo Charles.
-Mi padre y yo nos hemos
distanciado; además, creo que estoy bien en mi trabajo actual –respondió
Harris.
Harris, en realidad,
trabajaba como detective para el FBI y su trabajo como oficinista era solo una
fachada. Ese trabajo falso le daba la ventaja de no llamar la atención y además
lo posicionaba en un ugar cercano a la oficina principal de NEXUS, la cadena
televisiva de su padre. Harris estaba investigando dicha empresa porque el FBI
sabía que la información difundida por ese canal acerca de los ataques era
falsa; no obstante, deseaban conocer el verdadero motivo para divulgar esa
información.
-¿Qué es lo que dices? –dijo
Charles sorprendido-. Si tu padre y tú siempre se han llevado muy bien. ¿Por
qué se han distanciado?
Harris se mantuvo en silencio.
-Parece ser que se trata algo
muy grave. No te preocupes; no volveré a preguntar. –prosiguió-. Aún así,
quisiera saber desde cuándo es que no conversan. No puedo evitar preocuparme
por ustedes dos, sobre todo después de lo que pasó con tu madre.
-La muerte de mi madre no
tiene nada que ver con esto –respondió inmediatamente Harris-. Mi padre
simplemente decidió alejarse de mí porque decidí no seguir sus pasos.
-Pero si tu padre es un buen
hombre, es exitoso y ha liderado muchas campañas a favor de la gente. Es una
buena persona y creo que es buena idea seguir sus pasos. Sin embargo,
ciertamente me provoca un poco de temor saber que tiene tanto poder. El poder
que él posee, en las manos equivocadas podría ser fatal.
-No sabes cuánta razón tienes,
Charles –pensó.
-De todas formas –prosiguió
Charles- puedo tener la confianza de que tu padre es una persona honesta. Ya se
han visto casos de cadenas televisivas que falsean información con el fin de
lucrar. Han sido todos unos avaros y egoístas. Por eso creo que este mundo está
podrido. Pero tu padre me da algo de esperanza.
-Este mundo no está podrido.
La gente suele fijarse solamente en aquellas cosas que están mal, porque
pareciese que podemos medir qué tan bien nos va en función de los errores
cometidos, por simple contraste. Además, creemos en lo bueno y lo malo como si
fuesen excluyentes. Tenemos la idea de que si hay más bondad en este mundo la
maldad, como resultado, desaparecerá o por lo menos disminuirá. Pero esta es
una visión simplista. La bondad y maldad no están sujetas a leyes físicas ni a
cualquier disci plina humana que las intente
clasificar. Pienso que existe bien y mal en todos nosotros; y debemos aceptar
ambas como parte de nuestro ser. Eso si deseamos ser auténticos y honestos con
nosotros mismos.
-¿Entonces cómo explicas
esto? –preguntó Charles mientras mostraba la portada del periódico.
Finalmente Harris pudo leer
el titular completo: “ATAQUE AL PENTÁGONO”.
Harris por fin lo entendió.
-Disculpa, pero debo
retirarme –dijo mientras se ponía de pie.
-¿A dónde vas? –preguntó
Charles, pero Harris ya se estaba
alejando.
Harris se apresuró a su
oficina.
Al llegar cerró la puerta y
comenzó a buscar desesperadamente
algunos documentos del caso que se le había asignado. El cajón en donde se encontraba
toda la documentación era un compartimento secreto de su escritorio.
-Ataque al pentágono… Ataque
al pentágono… Ataque al pentágono… ¡BINGO!
Harris había encontrado
ciertos documentos que consideraba que podrían ser útiles para la
investigación.
-Bien, debo llevar estos
documentos al FBI lo antes posible –pensó.
En seguida salió de su
oficina, pero sin antes colocar todo de vuelta en su lugar. Realizó algunas
llamadas para encontrarse con su jefe y reportarle sus hallazgos.
Se encontraron en una de las
oficinas del FBI que estaba camuflada bajo la fachada de una empresa de
videojuegos.
-¿Qué era eso tan importante
que tenías que decirme? ¿Está, acaso, relacionado con la investigación NEXUS?
–dijo Bob.
-¡Así es! He descubierto algo
que puede ser crucial para la investigación –respondió Harris entusiasmado.
-Adelante chico, dime a qué
te refieres.
-¿Ha visto el periódico de
hoy?
-Sí, lo leí por la mañana.
-Bueno, yo me refiero al
boletín que venden al medio día.
-Ese también lo he revisado.
Mira, aquí lo tengo.
Bob buscó en su maletín. Al
encontrarlo lo levantó con cuidado y leyó el titular.
-“ATAQUE AL PENTÁGONO”. Sí…
eso dice. Ahora, cuéntame qué has averiguado –dijo Bob.
-Bien, se lo diré. Hace ya
algunos meses me enteré mediante un contacto en la milicia, que se estaban
construyendo dos nuevos pabellones en el pentágono. Él me dijo que había
participado de la construcción de estos. El primer pabellón era el de
Desarrollo Personal. Su estructura consistía en aulas vacías en donde se
desarrollaban clases de yoga y meditación. El otro pabellón que construyeron
era el de Investigación especializada. Allí los aspirantes al FBI desarrollaban
sus habilidades de indagación para posteriormente formar parte del cuerpo de
investigación. Ambos recintos fueron construidos rápidamente y se utilizó
material de baja calidad. Incluso, me comentó mi informante, que utilizaron
vigas que sobraron de otras construcciones en los diferentes penales del país.
¿Recuerda que se aprobó una ley por la cual las cárceles tenían que construir
más pabellones para los presos?
-Sí, lo recuerdo. Además
conozco a alguien que supervisó esas construcciones.
-Bien. Parece que usaron esos
sobrantes en los pabellones nuevos y se utilizó a los soldados para realizar
esas edificaciones en el pentágono. Esos dos fueron los únicos pabellones
destruidos en el supuesto ataque japonés.
-Entiendo, lo que quieres decir
es que el pentágono habría dado sus instalaciones para simular un ataque
militar y que los medios de comunicación dieran la noticia falsa. Pero eso es
algo muy fácil de deducir. La noticia en sí evidentemente muestra una conexión
entre la milicia y NEXUS. ¿Por qué me dices cosas tan evidentes? Creí que
habías averiguado qué tipo de conexión existe entre ellos.
-Espere, eso no es todo. Es
verdad que la empresa de mi padre y el ejército tienen una conexión. Pero
también tiene que considerar que los medios de comunicación son controlados.
Entonces, ¿por qué difundirían esta noticia? Si esta nos muestra su evidente
conexión.
-Probablemente ellos no estén
enterados de la investigación que llevamos a cabo. Por eso no creen que sea
necesario ocultar un incidente como ese. Porque solo la gente que sabe que las
noticias son manipuladas antes de ser emitidas tendría en cuenta que la milicia
está implicada. El resto de personas pensaría que se trata de otro ataque, como
los cientos que han sido reportados en estos meses.
-Se equivoca; ellos sí están
enterados de la investigación. De hecho, la publicación es una amenaza dirigida
al FBI directamente. Es probable que el ataque haya tenido víctimas reales esta
vez, y posiblemente todas tengan relación con el FBI. Revise si los internos
que fueron esta mañana regresaron a sus hogares.
-Eso… eso tomará un tiempo;
recuerda que los nuevos miembros del FBI están ocultos entre la población. Solo
sabremos si lo que dices es cierto en dos días. Cuando todos los internos hayan
tenido que reportarse en la agencia principal. Además, yo no sé si ellos tenían
que ir hoy al pentágono. Tendré que hacer algunas llamadas.
El rostro de Bob había
cambiado; estaba más pálido de lo normal.
-Entiendo. También estaba
pensando en el tipo de conexión que existe entre las dos entidades y solo
existen dos posibilidades. Primero, podría ser que tanto la empresa de mi padre
y la milicia pertenezcan al mismo nivel jerárquico y estén actuando en conjunto
como socios. Segundo, podría ser que los militares estén en un nivel mayor que
NEXUS. Es decir, el verdadero autor de estos atentados falsos podría ser la
milicia. Esto debido a que es más sencillo para ellos someter a NEXUS. A fin de
cuentas, ellos tienen poderío militar y por lo que veo tienen espías en todos
lados; incluso en el FBI. Sería sencillo para ellos amenazar a mi padre y así
tener el control de los medios de comunicación. En cambio, si mi padre hubiese
sometido al ejército, sería sencillo que lo asesinaran, ya que él siempre se ha
mostrado en eventos sociales.
-Tendré que confirmar cada
cosa que me has dicho. Pero ahora que sabemos que la milicia está involucrada
tenemos que apresurarnos. No conocemos sus planes y sería terrible si no
llegamos a actuar a tiempo. Te llamaré más tarde para avisarte si lo que me has
dicho es correcto. Por ahora sigue con la investigación. Puedes retirarte
–concluyó Bob.
-Eso haré señor.
Harris había regresado a su
casa. Era difícil movilizarse por la ciudad cuando la amenaza de ataques era
latente. Él se sentía frustrado, tenía tantas ganas de enfrentar a su padre y
de contarle al mundo entero las mentiras difundidas por su empresa; en el fondo
quería creer que su padre estaba siendo amenazado o manipulado. Le costaba
creer que su padre le estuviera mintiendo al mundo y quería actuar. Pero sabía
que debía callar y mantenerse calmado. El FBI no podría expresarse por ningún
medio sin que NEXUS interviniera. Además no tenían pruebas suficientes.
Esa noche, luego de beber
unas cervezas, recibió la llamada de Bob.
-Es cierto. Todo lo que
dijiste es verdad –dijo Bob.
Harris no progresó mucho en
su investigación durante los meses siguientes. Los supuestos ataques cada vez
eran más recurrentes, pero aún los ciudadanos no estaban de acuerdo con iniciar
una guerra. Sobre todo porque 10 años atrás había culminado la guerra con
China. Este hecho dejó marcado a muchas personas alrededor del mundo, sobre
todo por el impacto económico y las miles de muertes producto de este
conflicto.
Con la finalidad de inducir a
los ciudadanos a cambiar de opinión, la milicia comenzó a realizar ataques verdaderos
dentro de los Estados Unidos. Cientos de estadounidenses murieron lo que
provocó que un sentimiento de odio creciera en el interior de las personas. De
esa forma, se iban cumpliendo los objetivos del gobierno. Tanto los medios de
comunicación como los ataques cambiaron la perspectiva de las personas. Muchos
comenzaron a enlistarse en el ejército y se realizaban donaciones al estado
para la compra de armamento militar superior al del enemigo.
Para entonces, se creía que
todos los países asiáticos estaban implicados en los ataques. El FBI intentó
alzar su voz, pero estos intentos fueron apabullados por los medios de
comunicación. Incluso se creía que el FBI estaba en contra de los Estados
Unidos y se comenzó a despedir a miembros de esta organización. Harris se vio
obligado a investigar por su cuenta e intentó aproximarse a su padre para
conseguir cierta información que pudiera ser útil.
Pronto se inició una nueva
guerra entre Estados Unidos y los países asiáticos. Desde la perspectiva del
resto de naciones del mundo, era una imprudencia iniciar un conflicto bélico
contra toda Asia. Era un suicidio. No obstante, el gobierno de los Estados
Unidos estaba preparado para esta situación.
Luego de la guerra contra
China hacía 10 años, muchos científicos militares propusieron crear un arma
suficientemente poderosa para hacerle frente a cualquier nación sin tener que
recurrir a alianzas. Para ello, se intentó crear un Arma de Destrucción Masiva
(ADM). Su propuesta fue rechazada por el propio el general de ejército,
Ainsworth, quien tenía el control total de la milicia. Él había dirigido
personalmente al ejército estadounidense en las batallas contra China. Era
conocido por ser un general fuerte y despiadado con sus enemigos. Incluso
algunos creían que había perdido su humanidad. Esta idea se reforzaba con el
hecho de que usaba una máscara de cera que no permitía que nadie observara sus
expresiones faciales. Entre los militares se rumoreaba que había perdido parte
del rostro tras una batalla.
El motivo que mencionó
Ainsworth para rechazar el proyecto fue que el arma que se pretendía construir
utilizaba energía térmica. Este tipo de energía era escasa y se perdería mucho
dinero si se decidía importarla. Sin embargo, él inició la construcción del ADM
en instalaciones subterráneas del pentágono sin que nadie se enterara. Se
utilizó la mayor parte de los fondos del estado para financiar el proyecto.
Eventualmente, luego de 10 años, el ADM01 estaba listo. Para que esta arma
funcione era necesario que se recolectara gran cantidad de energía térmica,
debido a que el daño que podía ocasionar dependía de la energía almacenada. Por
ese motivo, se buscó utilizar la energía térmica proveniente del núcleo de la
tierra. Con tal poder serían invencibles ante el resto del mundo. La energía de
la tierra era recolectada a través de un tubo de 1 kilómetro de diámetro que
conectaba al centro de la tierra con un compartimento que estaba colocado
debajo del pentágono. Desde allí, se liberaba toda esa energía hacia un satélite
especializado que la redireccionaba hacia un blanco en específico. Durante la
construcción de esta arma los científicos advirtieron que habría una
descompensación de la presión del núcleo de la tierra si utilizaban el arma
muchas veces. Por eso, se recomendó utilizarlo un máximo de 3 veces y luego
esperar 10 años para volver a utilizarlo.
Durante la guerra, se utilizó
el ADM01 tres veces. Uno de los ataques había impactado en Japón, y los otros
dos en China. La rendición de los países asiáticos fue inmediata luego de los
ataques.
El mundo había presenciado el
poderío militar estadounidense en su máximo esplendor. Ciertamente los otros
países quedaron atemorizados por el daño que podía causar el ADM01, pero al
mismo tiempo quedaron fascinados por el poder que un arma como este podría
otorgar. De cierto modo, se referían a este poder como algo divino. La ambición
y el odio de los gobernantes de muchos países provocaron que más armas de este
estilo fueran creadas. Al cabo de 5 años, más de 20 países tenían por lo menos
un ADM. Sin embargo, mientras se construían estas armas, los países se
mantuvieron sometidos a los dictámenes estadounidenses. Al culminar estos 5
años se reanudó la guerra. Ahora Estados Unidos se encontraba en desventaja. El
ataque contra los estadounidenses se inició y lejos de sentir preocupación,
esto parecía alegrar mucho a Ainsworth, pues los soldados podían oír su risa en
los pasillos del cuartel general del pentágono.
Se comenzó a utilizar de
manera excesiva el ADM01 y sus equivalentes. La energía extraída de la tierra
estaba comenzando a causar grandes desastres naturales alrededor del mundo.
Esto, debido a que al extraer tanta energía térmica de manera indiscriminada,
se estaba obviando el hecho de que la presión del núcleo de la tierra cambiaba
con cada ataque. El centro de la tierra estaba fuera de control.
Pese a las advertencias de
tantos científicos se siguió utilizando estas armas. El pronóstico de la tierra
era desfavorable, todo indicaba que la tierra encontraría un modo de
equilibrarse. La duda giraba en torno a qué tendría que ocurrir para que se
vuelva a un estado homeostático. Pronto, esta pregunta sería respondida por
NEXUS en una de sus publicaciones.
Por primera vez, luego de
varios años, NEXUS realizaba una publicación con información verídica. “EL
FINAL HA LLEGADO” decía la portada. El padre de Harris sabía que sería
asesinado por publicar eso, pero aun así lo hizo. Él estaba convencido que ya
no importaba si protegía o no su vida o la de su hijo. Ambos terminarían
muriendo pronto de todas formas, pues la tierra estaba desestabilizada y la
gente merecía saber que no había vuelta atrás.
Harris, que no sabía si la
publicación tenía contenido verdadero fue directamente donde su padre.
-Tú has sido el culpable de todo
esto –le dijo.
-Tienes razón, todo ha sido
mi culpa –replicó el padre de Harris.
Harris estaba sorprendido.
Nunca había visto a su padre en ese estado.
-Tienes razón Harris. Yo hice
todo lo que esos malditos del gobierno querían. Amenazaron mi vida y la tuya.
Yo solo deseaba protegerte, pero terminé condenando este mundo a la
destrucción. Seguramente, ya has visto el periódico. Deberías irte a algún
lugar que te agrade. Porque mañana todo esto terminará. No hay forma de
revertir esta situación; el mundo dejará de existir mañana.
-Lo sé. Padre… Lo que estado
pensando por algún tiempo. Creo que en realidad no tuviste elección. El
gobierno con tu ayuda o sin ella habría seguido con la construcción de esa
maldita arma que nos ha destruido.
-Sí, pero yo les facilité las
cosas.
-Creo que yo habría actuado
de la misma forma.
-No es verdad. Tú lo habrías
resuelto, hijo mío. Eso lo sé yo, que soy tu padre.
-Desde que mamá murió tú te
volviste más distante, y eso es algo que me ha herido mucho. Pero te entiendo.
El padre, al borde de las
lágrimas, abrazó a Harris y se quedaron en esa posición por varios minutos. Finalmente,
su padre lo convenció de irse fuera de la ciudad y buscar un lugar en donde
pasar su última noche.
Los científicos habían
pronosticado que a las 2AM (Hora estándar del este) aproximadamente terminaría
la vida en la tierra.
Esta noticia desató el caos
en el mundo. Muchos decidieron terminar con sus vidas. Caían cientos de
personas de los edificios más altos de las ciudades de todo el mundo, en un
afán por controlar al menos el final de sus vidas. Algunos rezaban, otros se
despedían de sus seres queridos y unos cuantos simplemente se arrojaban; como
si todas sus vidas hubiesen estado esperando el momento oportuno para
suicidarse.
De cierta forma, caer de un
edificio representaba el camino de la humanidad. Los humanos se pensaban seres
superiores, inteligentes y audaces; y como tales tendrían que llegar a lo más
alto para finalmente darse cuenta de la caída que les esperaba.
Había terminado la guerra.
Nadie atacaba, la gente sufría. Muchos miraban al cielo, en busca de algo o
alguien a quien dirigirse. Con sus miradas decían “perdón… hemos fallado”.
A medida que se aproximaba el
final de la tierra, más personas caían en llanto. La calle estaba llena de
personas arrodilladas o acostadas. Todos lloraban al unísono. Buscaban consuelo
en alguien más, se abrazaban unos a otros. Entre lágrimas hablaban sobre las
cosas que les habían hecho más felices en vida y manifestaban sus deseos de
morir pensando en ese recuerdo. También se sentían decepcionados por cómo
habían actuado en los últimos años, pensaron en el odio que sintieron durante
la guerra y lo mucho que les dañó.
Harris había salido de la
ciudad, se había dirigido a su antigua casa, donde vivió cuando era tan solo un
niño. Entró con cuidado al jardín y trepó su árbol favorito de la infancia. Se
sentó en una de sus ramas y dirigió su mirada a las estrellas.
-¡Harris! –se escuchó desde
abajo.
-Charles… ¿o prefieres que te
llame Ainsworth? –dijo Harris mientras mantenía su mirada hacia el cielo.
-Vaya, parece que sí lograste
descubrirlo. Llámame Charles, por favor. –dijo mientras se sentaba en la rama
contigua.
-Lo descubrí al llegar a este
lugar. Recuerdo que alguna vez mencionaste que te gustaría que el mundo ardiera
en llamas, justo cuando estabas sentado sobre esta rama. Dijiste que este sería
un buen lugar para ver el espectáculo.
-Pues seguro que sí lo dije,
porque he venido justamente a verlo. Parece que mi sueño se pudo hacer
realidad. El mundo ha llegado a su fin y la humanidad ha obtenido lo que
merecía. Jamás hubo esperanza para esta especie primitiva. Debió haber
desaparecido hace mucho. La prueba de que los humanos no pueden vivir en
armonía es la guerra a la que fueron conducidos gracias a mí. Creé un arma
poderosa y todos intentaron copiarla. Sin saber que estaban destruyendo su
propio planeta y a ellos mismos. Si los humanos no pueden diferenciar entre
bien y mal; y no pueden cooperar entre ellos por el bien común, pues entonces
no son dignos de vivir en este planeta. Tan solo se dedicarían a destruirla
lentamente. Matando a las demás especies y siendo completamente egoístas. Ahora
desaparecerán y con ellos su egocentrismo. Nadie creerá, nunca más, que los
humanos son el centro del universo. Desapareceremos y nadie lo va a notar.
Harris comenzó a reírse como
nunca antes lo había hecho en su vida. Era una risa tan aguda que le provocó
dolor en los oídos a Charles.
-¿Qué te parece tan gracioso?
Nunca te he oído reír así. ¡¿Por qué te estás riendo?!
-Charles –mientras contenía
la risa-. Siempre has sido tan tonto… ¿Acaso no te has dado cuenta de lo que
has hecho?
-Yo no veo a la gente
ardiendo –prosiguió Harris-. Fíjate bien en lo que está ocurriendo.
-Los veo sufriendo. Esa es
una reacción natural. Se acabará el mundo y no podrán volver a sus vidas
egoístas y ensimismadas –dijo Charles con seguridad.
-Yo los veo más unidos que
nunca. Míralos. Están llorando, están juntos. No veo divisiones, fronteras, discriminación,
guerra, religión o egoísmo. Todo lo contrario. Esa gente pudo haber terminado
con su vida, como lo hicieron miles de personas. Aquellos que se suicidaron
fueron los egoístas. Los que pensaron en ellos mismos, no pensaron en las
personas a las que dejaron en este mundo. Simplemente nos abandonaron. En
cambio, toda esa gente que ves llorando, en el suelo, sufriendo o riendo con
lágrimas en los ojos; es decir, los que decidieron quedarse, han pensado en
otros. No han sido egoístas y se han quedado para sufrir con el resto de humanos,
para acompañarnos mutuamente en lo último de nuestras vidas. Y tú has hecho que
ocurra esto.
-¿De qué hablas? Los que se
han quedado son los cobardes que no pudieron suicidarse o los religiosos que
viven creyendo que es un pecado acabar con su propia vida. Y si llegan a
matarse no serán salvados por su Dios.
-Fíjate bien; observa. Por
supuesto que mucha de esa gente tiene creencias religiosas; pero pertenecen a
diferentes religiones. Y dime, ¿ahora están peleando? ¿Están acaso luchando
porque creen en dioses diferentes? No les importa la religión a la que uno
pertenece. De hecho, por fin están aplicando muchas de las enseñanzas que
unifican a las religiones. Ellos no se ven como católicos, judíos, evangélicos,
mormones, budistas. Se ven como humanos que están sobrellevando el dolor; y lo
están haciendo juntos. Por primera vez veo que la religión no divide, que la
idea de muchos profetas acerca de convivir en paz entre todos se cumple y que
nadie discrimina.
-Pero si están sufriendo,
¿cómo puede eso unirlos?
-No solo la felicidad une a
las personas. El dolor también lo hace, pero de una manera diferente.
-Bueno, y si tenían esas
cualidades ¿dónde estuvieron todos estos años? Hace unos días a nadie parecía
importarle el resto de gente. Lo que ocurre es que ellos, al estar en una
situación en la que van a morir irremediablemente intentan arrepentirse de sus
pecados para así encontrar el supuesto camino a la salvación.
-Pero es en esos momentos más
difíciles en los que uno saca lo mejor o lo peor de sí mismo. Y, como ves, la
gente que sacó lo peor de sí mismo, la gente que sacó su egoísmo, esa fue la
gente que abandonó. Que se fue sin más, sin pensar en los otros. En cambio, hay
gente que se ha quedado voluntariamente y no porque la religión se lo diga, se
han quedado porque desean acompañar a los otros en el sufrimiento y al mismo
buscan algo de alivio.
-¿Me estás diciendo que he
cometido un error? –preguntó Charles alterado.
-No
-¡Harris! ¡He cometido un
error!
-No
-¡Sí! Lo que he hecho.
-No
-¿No lo entiendes? Yo causé
la destrucción de los humanos porque no había esperanza para ellos, pero están
más unidos que nunca y… y… si se comportan así ahora, es porque tenían dentro
de ellos mismos algo de compasión y la capacidad para ser solidarios con otros.
Y yo he destruido eso que aún quedaba en ellos. Quizá si hubiese descubierto la
forma de hacer que esa bondad surgiera…
-Ya lo has hecho. Gracias a
ti ellos han descubierto algo de bondad en sus corazones. Les has dado
esperanzas y les has mostrado que la raza humana tenía la capacidad de vivir en
armonía. Que lo hayan aprendido al final no le quita el valor al aprendizaje.
-Pero, he hecho que maten a mucha
gente.
-Es cierto. Pero al igual que
la gente tiene la oportunidad de revalorar su vida y darse cuenta del daño que
causaba y arrepentirse de eso; tú también la tienes.
Ambos se mantuvieron en
silencio por unos minutos.
-Harris… Lo siento mucho.
-Mira esa estrella. ¿Crees
que haya seres parecidos a los humanos allá?
-No lo sé. Pero si es así
deben tener muchos problemas por resolver.
Cuando llegó el momento todos
los humanos de la tierra se pusieron de pie, se tomaron de las manos y
esperaron su final. A la hora indicada la tierra dejó de existir. Tan solo un
destello de luz era visible desde el espacio. Los humanos se habían extinguido.
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